martes, 19 de mayo de 2009

Cuatro libros de animales


texto e ilustraciones: Satoshi Kitamura
LIBRO ÁLBUM

Primera edición: 1998
Segunda reimpresión: 2007
Fondo de Cultura Económica
Colección Los Especiales de A la Orilla del Viento


Gato tiene sueño
Perro tiene sed
Pato está sucio
Ardilla tiene hambre



Primera impresión

Una imagen donde aparecía una ventana. Gato se asomaba para encontrarse con una hilera de gatos dormidos sobre una barda: “Allá afuera no hay lugar”. Los personajes, los colores y la simpleza del texto me hizo correr a investigar quién era Satoshi Kitamura, y a hacerme de estos cuatro libros que los niños de menos de tres años no pueden soltar. El texto y las imágenes son de lo más sencillas; muestran acciones lineales, por eso son ideales para niños muy pequeños, y que alguien se los lea una vez, después, para sorpresa de los papás y maestros, el lector en ciernes querrá y podrá leerlo él.

Las ilustraciones están hechas con líneas de contorno y colores puros, lo más probable es que de tintas o acuarelas. La composición precisa, apunta la mirada siempre al protagonista de cada relato. Los animales son sumamente expresivos y todos tienen una meta en el libro: comer, dormir, lavarse, beber.

Reseña
Gato, muerto de sueño, busca su huequito perfecto para dormir, pero parece que todo está en su contra para conseguirlo.
Ardilla tiene hambre, se encuentra una nuez pero no dónde guardarla, ¿será la guarida de Topo, el nido de Pájaro o debajo de la roca el lugar indicado?
Pato vive un día con problemas climáticos y termina batido en lodo y hojas secas; jamás pensó que un simple paseo terminaría así.
Perro está en busca de un poco de agua para abrevar su sed. Escala, se aventura, se agacha, pero parece que todo está en su contra, hasta que encuentra su solución como por arte de magia.

Opinión
Una narración tiene como componente principal un conflicto que resolver. Quién diría que en un texto tan breve el autor consiga ponernos directo en el conflicto de la situación. Al final, todo se resuelve, y cada animal consigue su cometido. Chin, ya conté el final, pero en estos libros no importa tanto, sino el ritmo de las imágenes, los reveses para conseguir el cometido y, sí, esa meta anhelada que deja a cualquiera tranquilo.

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