sábado, 23 de mayo de 2009

El sendero de los gatos apachurrados


texto: Alfonso Orejel
ilustraciones: Triveroquio (Anabel Prado y Jorge Mendoza)
LIBRO ILUSTRADO

Primera edición: 2008
Cidcli
Colección Delta 3




Miaaaaaauuuu fue la última palabra que lanzó Mino, mi gato favorito, antes de morir aplastado por las llantas de un auto desconocido.


Primera impresión
Anabel, en una cena en su casa, aprovechó para mostrarme unas ilustraciones en las que estaba trabajando. Sacó una cajita de zapatos y la destapó: dentro había un singular señor que se quitaba el sombrero (un mago o un presentador de circo) y dejaba ver un conejito blanco sobre su cabeza. Se trataba de su primer libro ilustrado para niños. Además, no lo hacía sola, sino en equipo con Jorge Mendoza alias Pixilon (Triveroquio), quien se encargó de crear los personajes y la escenografía de estos actores a los que Anabel daría vida modelándolos con plastilinas de colores. Pero esa impresión se reformuló cuando unos meses después, felizmente me encontré la publicación en la librería y me hice de ella.

Las ilustraciones están hechas con plastilina de colores, y los escenarios con acrílicos (¿o gouache?), que además muestran una perspectiva muy dinámica. Algunos personajes tienen facciones de gatos (pero no todos, sólo los niños) y son muy expresivos. El resultado son imágenes impresionantes en propuesta y manufactura, sobre todo por los detalles más pequeñitos, como las sombras y luces, algunas líneas de contorno delgaditas, texturas de pelo y hasta pedacitos de hilo y mecate para representar pelo y bigote.

Reseña
Mino, el gato del protagonista, es atropellado —al parecer por accidente— en la primera página de un libro. Su dueño, desconsolado, está en proceso de duelo cuando más gatos comienzan a morir. ¿Será sólo una coincidencia o habrá un misterio por develar? Una novela policíaca para lectores jóvenes, llena de humor negro y algunas imágenes un tanto grotescas que develan una verdad que nadie se esperaría.

Opinión
Algunos detalles del diseño y el papel utilizado me recuerdan más a una revista que a un libro, y eso no me pareció del todo atinado. Con todo, se trata de un libro muy original, tanto por lo que se arriesga al ofrecer una historia así a un público infantil, como por el tipo de ilustraciones, desarrolladas con un recurso tan poco explotado en México. Vale mucho la pena leerlo y tenerlo.

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